09 marzo, 2008

Entre la noche y mi oscuridad.
Me reuso a aceptar que mis sueños son deseos reprimidos en mi inconsciente.
Creo que son simples pesadillas.
Me reuso a aceptar que estoy débil de caricias solo por una distancia.
Y me alejo aún mas consiente de eso.

¿De que sirve vivir consiente?

Se trata de exteriorizar. Se trata de contar a mi alrededor que el rojo que llevo no es pasión aprisionada. Es mi sangre que grita por un poco de consuelo. Es mi cruel orgullo que dice una vez "si" después de decir una docena de veces "no".

Mi egoísmo esconde verdades. Mi egoísmo cura y cicatriza tu verdad de la mía. Simplemente me engaño. Me zambullo en realidades y en irrealidades no inocentes. Me ahogo de palabras que no quiero escuchar. Voces que no quiero oír. Me alejo del ruido, de ese pasado maldito que nadie quiere olvidar.

De nada me sirve ese gran espejo que me observa criticándome.

De nada me sirve una neurótica despedida despiadada y mental.

De nada me sirve ese consuelo de sentirme viva cuando siento mi pulso constante en mis venas.

Ya no quiero ser...

Hay partes que quiero cortar con un gran filo y desangrar.


¿La familia feliz existe?


NO
Se transforma. De realidad a irrealidad. Se aparenta ( y claro no se deja de sonreír). Se hace un dibujito de la "familia feliz" y se lo lleva a todos lados en un gran marco. Con difuntos y todo ( más emocionante ¿no?)
Esta realidad transformada es solo un toque de felicidad, una pizca de engaño y para darle el gustito final una gran capacidad para cagarle la vida a los demás (exclusivamente y obligadamente).
No existe, creanme, se transforma. Me transformo.


Alejo un sentimiento irresponsable de mi.
Pretendo un olvido...pagaría por un olvido.
Y descifro una persona inconstante.
Hoy estoy en oferta, y mi única condición es la constancia.
Adiós ser toxico.
Tienes prohibido intoxicar mi espíritu.
Puedes morir en soledad una noche de eclipse
y renacer nuevamente como un niño pervertido...no podrias sobrevivir de otra manera.
Solo te dejo mi veneno en tus labios.
Se que con eso te conformas y desapareces.


Hagamos una excepción esta vez.
Una vez al día tenemos permitido extrañar, ser cursi y dejar caer una lágrima al final del sentimiento. Pero que no se vuelva una obsesión. Ellas son peligrosas.

16 gotas por día y un sueño que no me desvela en estas eternas noches.

Ni un muñeco de peluche podria molestarme,

aunque el encanto desaparezca ni bien amanezca.