21 julio, 2007

37 horas de no sueño y un chocolate con almendras

Inesperadamente y trágicamente ha vuelto a mi el insomnio.
Perseguida por mi conciencia tuve que alejarme hasta de mi misma para que el daño interno sea menos, al menos esta vez.

Encrucijadas paralelas, con idas pero sin vueltas...con entradas pero sin salidas.

Eso que se va alejando ya no tiene forma, me pregunto si alguna vez la tubo.
Dimensiones desconocidas de sentimientos que no conocía y tampoco pretendo conocer.

Obligada. Distanciada. Ignorada. Lastimada. Silenciada.

Simplemente como una ave sin alas.

Ya no quiero tocar, ni siquiera rozar...
Creer inexistencias ya no es un consuelo.
El consuelo ya no es una posibilidad.
La posibilidad ya esta perdida.
Perdida mi imagen quedo en el espejo.

Ese dulce quizá sea una grata compañía.